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Pàgina:Escalante - Tres forasters de Madrid.pdf/18

De Viquitexts
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que ya haurá aplegat á Fransia,

y me escriu... Es muy atenta!

Carm. Quién pudiera tener alas...
Balt. Llichla, Carmelito.(Dándosela.)
Ches. En vindre.
Carm. Pot ser cósa de importansia...

(Abre la carta.)
de ella es, de doña Prisca.

Balt. Mira si me hu figuraba!
Carm. (Leyendo.)«Mi distinguida amiga Balta-

sara.»

Balt. Distinguida; que bé escriu!

Pues si la ouires cuant parla...

Carm. «Si la delicada salud de Torcuato, y el de

seo de conocer al señor de Ferrís...»

Balt. Al señor de Ferrís! ¿Veus

quín tratament?
(Un momento de pausa, durante el cual conti-
núa leyendo para sí Carmelito.)

Ches. Vinga, acaba.
Carm. Qué'stic mirant! ¡oh suprema

felisidad!

Ches. Pues?
Carm. Qué pasa?
Carm. (Leyendo.)«Si la delicada salud de Tor-

cuato, y el deseo de conocer al señor de
Ferrís, no fueran motivos suficientes pa-
ra hacernos desistir de nuestro viaje á
Francia, llega en este momento á mis
manos la amable invitacion de usted, y
me es imposible resistir á ella, mi que-
rida Baltasara. Mañana saldremos para
Valencia.»

Ches. Qué dius?
Balt. Ferrís!
Ches. Santa Clara!

(Dejando caer la cesta, que recogerá Sunsion,
dejándola sobre la mesa.)

Suns. Casi es volca la sistella.
Ches. Y venen así á esta casa?
Balt. Vols mes honor!...
Ches. Pero, dóna!...
Carm. (Aparte.)Vivir en mi propia estansia!

Oh! Corina! ¡respirar
el olor de tu fragansia
embalsamadora!

Ches. Vamos,

¡yo crec que si el mon s'aplana,
no em deixa mes atordit!