Emilio. | Y cómo no, si ambos le somos deudores |
Rosal. | De esta horrible incertidumbre sácame, Emilio, por Dios. |
Emilio. | Nada mi afan consiguió. |
Rosal. | De veras? |
Emilio. | (Siento engañarla: pobrecilla!) |
Rosal. | Esto es atroz! |
Emilio. | Mi tio con su influencia no hubo medio ni ocasion |
Rosal. | Emilio! |
Emilio. | Nada te inquiete, pues júrote por quien soy |
Rosal. | Segun te esplicas, tu tio aprueba al fin nuestra union? |
Emilio. | Mucho más: cuando le dije que viendo el crudo rigor |
Rosal. | Concluye. |
Emilio. | Tiernos sollozos velaron su dulce voz, |