Llorensa.
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¡Mira el Don laus tibi Criste!
¡en un nas com un gayato!....
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Casimiro.
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Eso, señora, consiste....
consiste.... en que no estoy chato.
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Llorensa.
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Pues si totes son com eixa,
ya vech que no es molt confusa
del seu númen la madeixa.
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Casimiro.
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Si que es muy elara mi musa.
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Llorensa.
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A ver, haga usté un versico,
alabando mi presona.
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Casimiro.
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Ah!... ¿con que quieres que el mico
te diga que eres muy mona?
Pues acúestate aquí un poco,
que, para hacer yo una copla,
la musa nunca me sopla,
si el consonante no toco. (Vol tocarla.)
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Llorensa.
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¡Vacha y palpes.... el sombrero,
ó eixe nas de pimentó!...
Aném,¿fa els versos ó no?
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Casimiro.
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Acúestate más....
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Casimiro.
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No temas que yo te toque,
que, al mirar á una labriega,
aunque lladra, no mosega
al gós pelut de San Roque. (Es riuen)
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Marieta.
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Aixó eu diu per lo d'abans.
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Llorensa.
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Tambien gasta calma mucha
para compondre un romans.
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Casimiro.
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¿Tienes prisa?.... Pues escucha.
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(Toca cuatre raspaes de violi, y diu:)
«En mala ocasion, Lorensa,
versos pidiéndome vienes,
pues desde el pie hasta la trensa
nada de ellos digno tienes....
si no es tu poca vergüensa»
(Un'atra raspaeta de violi.)
Llorensa.
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¿Qui li haurà fet la merset
del meu nom á este avechucho?
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