Deme su fuego el laletano genio
Para cantar al mundo la alta gloria
De los que le impusieron algún día
Su diadema y su ley.
Su voz me prestarán los trovadores,
Desde el marmóreo lecho do reposan,
Y en dulce lemosín, pues es la lengua
En que ruego al Señor,
Cantaré tus grandezas, Cataluña,
Tus condes y guerreros que en la arena
El pendón arrastraron de Mahoma,
De tu pueblo terror.
Cantaré al paladín que en las orillas
Del Jordán venerado, que tiñera
El Hombre-Dios con su divina sangre,
Por él su sangre da,
Y al gallardo doncel, que ágil de planta,
Pendiente el arpa atrás que al viento gime,
Bajo el balcòn dorado de su niña
Su trova á cantar va.
Y cantaré el amor y sus dulzuras,
Y la hija gentil de las montañas,
De cuerpo más airoso que urna griega,
Más que la intacta flor;
Pues no siempre resuena en los palacios,
Ni en góticos castillos, ni en ciudades,
Sino también en la cabaña humilde,
La voz del trovador.
Pàgina:Lo gayter del Llobregat - I (1888).djvu/45
Aparença
Aquesta pàgina ha estat revisada.
17