que pueda prestarnos nuestro amor á lo bueno y á lo verdadero, manantiales eternos de belleza, contribuiremos á que se arraigue en nuestro suelo y á que sea la dominante; porque, aun omitiendo las simpatías que pueden nacer de la índole de los pueblos, jamás inclinación alguna tuvo tan seguros fundamentos ni tan poderosos incentivos. Del seno del Norte salió aquella voz de regeneración que dió nueva vida al Arte y á la Ciencia: allí, primero que en todas partes, se volvió la vista al genio popular y religioso de Edad media, que es el verdadero y único pasado poético de las naciones modernas: en Alemania, con su Goetz de Berlichingen, Goethe arrancó el secreto de su existencia al último período de aquellas generaciones robustas; allí Schiller, levantándose poco á poco en alas de su casto genio sobre el caos del materialismo, cantó el himno de la humanidad entera, idealizó el carácter del hombre, bien como la mas sublime maravilla del universo, celebró el triunfo del alma inmortal humana, grande, fuerte, bella y libre: allí Burger, Tieck y Uhland oyeron el eco de las tradiciones que á través de los siglos y por encima de las antiguas selvas germánicas enviaban las generaciones pasadas, y pulsaron con osadía enérgica el arpa de los cantos populares y del sentimiento; allí Herder, con sus grandes estudios sobre las costumbres y las instituciones de los pueblos, observó el primero el fondo de poesía que la nacionalidad atesora: allí los hermanos Augusto y Federico Schlegel, con los más admirables y profundos recursos de la crítica, por ellos
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Aparença