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De Viquitexts
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vinga dins.   (Vánse.)

Cor.   Gracias á Dios
que puedo hablarte; ¿tú ayer
no comprendiste mis señas?
No? pues te signifiqué
bien claro, que mamá quiere
casarme, destino cruel,
con un comerciante, un tal
La Pomera. Solo sé
que se halla aquí establecido.
Por casualidad, hace un mes,
poco mas, le conocimos
allá en Madrid, y segun él
nos manifestó, es muy rico.
Que si consiento? ya vés,
un capitalista!…—Rabia.
Me llamas coqueta? infiel,
y tú?… vienen, ya hablaremos;
con mamá saldré á las diez.


ESCENA VI.

Corina y Carmelito, por el foro, con un ramo en la mano.

Carm. Dios de bondat! churaria
que alguna sita donaba.
Cor. Carmelito.
Carm.   No faltaba
mas, que me hisiera falsía.
Cor. Precioso ramo.
Carm.   Arreglado
para usté.
Cor.   Tantos favores…
Carm. Sé que le gustan las flores,
y por eso lo he mercado.
Cor. Aquí lo colocaré.


(Toma el ramo y lo coloca encima de la mesa. Luego se asoma al balcon Carmelo, y dice.)

Carm. Ningu es veu.
Cor.   (Calle, algo advierte,
Este chico me divierte.)
Hijo, qué le pasa á usted?
Carm. Podrá ser fasinasion,
pero cuando yo allegaba,
me paresió que usté hablaba
con álguien desde el balcon.
Cor. Y es decir, que usté, curioso,