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Obras de Ramón Lull

De Viquitexts




OBRAS

DE

RAMÓN LULL




OBRAS

DE

RAMÓN LULL


texto original publicado

CON NOTAS, VARIANTES, ILUSTRACIONES Y ESTUDIOS

biográficos y bibliográficos


por


JERÓNIMO ROSSELLÓ

de la Real Academia de la Historia

_____




BIOGRAFÍA





PALMA
EDITOR, CALLE DEL B. ALONSO, 3
M DCCC LXXX VI












  ES PROPIEDAD  







  Palma de Mallorca.—Tipografía de la Biblioteca Popular—Agua 5.  



Á SU ALTEZA IMPERIAL Y REAL

EL ARCHIDUQUE DE AUSTRIA

LUIS SALVADOR

hijo adoptivo de las baleares


COMO MUESTRA DE RESPETUOSA DEFERENCIA

DEDICA ESTA OBRA

Jerónimo Rosselló





Paxo (Islas Jónicas) 4 Enero 1885.



Sr. D. Jerónimo Rosselló.



Muy señor mío y de distinguida consideración y aprecio: Una publicación completa de los textos originales de las obras de Ramón Lull es, desde mucho tiempo, el más vivo deseo de todos los admiradores del gran mallorquín: y ciertamente, nadie mejor que V. podía emprender esta tarea. No sé como mi humilde nombre pueda figurar en la dedicatoria, cuando nada he hecho en comparación de tantos y tan valiosos escritores de Mallorca y Cataluña, como no sea por la veneración que profeso á esa isla, y el gran cariño que tengo á todo lo que la enaltece. Sólo bajo este título acepto su ofrecimiento, y se lo agradezco á V. en el alma, deseoso de que los mallorquines puedan, con más facilidad, mediante la publicación, aprovecharse de las luces de este faro de la edad media.
Con distinguida consideración su afectísimo


Luis Salvador.



Serenísimo señor:


ANTES que la fortuna deparase al suelo balear la honra de vuestra primera visita, y la dicha de conocer vuestras bondades, la memoria de los hechos del gran Ramón Lull tanto iba palideciendo en su propia patria, que á no ser por el culto que se le rendía en los altares, y por los encomios que de su ciencia y su santidad partían de la sagrada cátedra, pocos se hubieran acordado seguramente de que en la fama de aquel genio singular se cifraba la mayor gloria de nuestra tierra. Su casa y cenobio, el claustro y el altar que su fervor y su iniciativa levantaron, todo cuanto santificó su presencia había cedido á la acción destructora del tiempo. Sus obras, inéditas unas y publicadas otras en la lengua de los doctos, yacían relegadas al olvido en el fondo de las bibliotecas. Hasta la tradición misma como que, indiferente, ya no curase de relatar las piadosas consejas con que poetizara aquella vida extraordinaria, tan austera como había sido antes loca y disipada, tan activa en el mundo como en la soledad extática y contempladora. Y si entre las breñas de su retiro acaso se detenía el viajero para admirar los encantos de la naturaleza, mucho era si se acordaba del nombre del penitente y del sabio que, soñando la adoración de la cruz en todo el orbe, sacrificóse todo entero á su ideal constante, y legó á la posteridad las concepciones grandes de su vastísima inteligencia y el ejemplo glorioso de la virtud más alta, de la abnegación más sublime.
Llegasteis vos, señor, y no sé qué dijeron á vuestra alma aquellos sitios agrestes, testigos un tiempo de los arrobos del asceta y de las meditaciones del filósofo. No sé qué visteis en aquellos peñascos severos suspendidos en las pendientes, como deseosos de rodas por ellas para bañarse en las profundidades del mar, que ciñe de espumas las sinuosidades de la costa, y llena el espacio de misteriosos sonidos; en aquellos encinares vetustos que, cual ricos alquiceles de verdes matices, cubren las espaldas de las laderas. Lo cierto es que os enamorasteis de Miramar, y que poseído quizás del deseo de espaciaros en la amenidad de sus perspectivas, de dar descanso al ánimo ante el augusto espectáculo de aquella naturaleza florida y exhuberante, hicisteis vuestro el santo cenobio de que la incuria de seis siglos sólo había dejado algunos restos. Tal vez entre ellos imaginasteis todavía, errante y misteriosa, la sombra de aquel portento; del que monje y laico á la vez, razonador y poeta, enseñó, apartado del muno, á sus discípulos escojidos el Arte nueva de encontrar la verdad, y el Arte de demostrarla, ideadas para hacer de ellas un terrible ariete contra los errores de los enemigos de Cristo, y anonadar á los descreyentes al empuje de una dialéctica incontrastable. Y allí, en medio de aquellas rocas imponentes, glorificadas con sus recuerdos venerandos y con los aromas de su beatífica existencia, reedificasteis el ara derrumbada, el templo hundido, el olvidado y ruinoso albergue. Ideasteis la efigie del mártir, y la colocasteis en el nuevo altar, en el punto mismo en que aquel espíritu poderoso se había postrado humilde y penitente; allí, en el suelo en donde, confesando su miseria, levantóse, arrobado en la contemplación de Dios, hasta las celestiales alturas. Y no sólo esto, restablecisteis el antiguo culto á la Trinidad divina que el fervor del Iluminado maestro estableciera en aquel monasterio, y generoso ofrecisteis agradabilísimo hospedaje á los peregrinos que á él se encaminan, ya movidos por la devoción, ya para abismarse en la idea de la infinidad de Dios ante aquellas perspectivas que nada dejan crear á la fantasía, ni desear a las aspiraciones del alma, ni hasta hablar á la lengua, tan deficientes son las palabras para expresar el sentimiento que inspira el arte perfecto del Todo-poderoso.
Al ver iniciada aquella restauración felicísima, la fuí siguiendo paso á paso; y lleno de gratitud os bendecía desde la oscuridad en que me tiene colocado mi escasa inteligencia. Muy niño aun, y perdonad si de mí os hablo, puso el azar en mis manos algunos viejos volúmenes de nuestro Lull; y si bien no comprendí entonces todo el alcance de su intuición gigantesca, de su altísimo entendimiento y de su ciencia universal, movían hasta la última fibra de mi pecho los gemidos que su dolor contrito le arrancaba, aun en los éxtasis de su inspiración. Impresionáronme vivamente las candorosas manifestaciones de su alma, tan esperanzada á la vez y temerosa, tan audaz ante el peligro como sensible á la indiferencia de sus contemporáneos; y saturé mi espíritu de la poesía celeste que desborda de los cánticos incomparables que sus enamoramientos de Dios le inspiraron en sus espirituales deliquios, y de las lágrimas desconsoladoras que hacían derramar á sus ojos los desengaños que del mundo alcanzaban los fervientes impulsos de su caridad y sus deseos, nunca amortiguados, de mejorar la sociedad humana. Y ¡grata coincidencia! vuestro pensamiento restaurador bullía en vos, al par que en mí se agitaba el deseo de restablecer el nombre de aquel coloso, de dar á conocer al escritor, no al través del criterio de nadie, sino por su propia fisonomía, presentándole al mundo científico y literario con su sencillez encantadora, con su facilidad de expresión nunca vista, en su nativo lenguaje, y con su vestidura no prestada. Deseé dejar reproducidos por todas partes sus propios suspiros y sus mismos sollozos, sus alientos así como su corazón hubo de sentirlos, y sus raciocinios tales como su pluma quiso trazarlos, tersos y limpios de las infidelidades de intérpretes poco hábiles ó de calumniadores algo malévolos; mostrar en suma toda la viva lumbre del astro, no el resplandor de su reflejo.
Mas, vos habéis podido realizar vuestro nobilísimo pensamiento, y mi alma no ha pasado, hasta ahora, más allá de su deseo ni de las complacencias que ha buscado en las lecturas asiduas de los originales textos del maestro, que formando en su época un alcázar espléndido y magestuoso, hoy presentan á su vez toda la magestad de una vasta ruina. Y si es verdad que por una parte ofrece aún á la vista altas y enhiestas columnas, arcos enteros de sólida firmeza, fuertes muros y cúpulas intactas, no lo es menos que, por otra, tan completa y consumada aparece la destrucción, que se ha perdido en algunos puntos hasta el trazado de sus lineas imponentes. He vagado, con verdadero deleite, y duelo á la vez, por esas lueñes y olvidadas ruinas de nuestra literatura patria, ¿y cómo en sus soledades vastísimas no deplorar el destrozo, y no pensar en la conservación duradera de lo que las contingencias del tiempo hasta ahora respetaron? Para esto he trabajado en la medida de mis menguadas facultades; y hoy, quizás á mis años demasiado tarde, me decido, acompañado de la tipografía, á abrir la ancha puerta de la publicación, para que entren en el venerable recinto los deseosos de admirarlo, ya que tan trabajoso y difícil ha sido siempre penetrar en sus recónditos estrados, recorrer sus espaciosas galerias, subir á sus cimborios atrevidos que irradian la luz de la ciencia tan luego como cae el polvo del olvido que los cubre.
Voy, pues, á la empresa; pero hágolo en deficiencia de otros de entendimiento más alto que tomen sobre sí la abrumadora carga. Hemos de confesarlo; la patria de Ramón Lull se halla realmente en descubierto con el más ilustre y renombrado de sus hijos. Nos lo han recordado sabios y devotos; y mengua fuera no satisfacer esta deuda á la ciencia, á la literatura y al orbe todo. Si al intentarlo peca de atrevido mi propósito, excusaráme la necesidad de que no se demore por más tiempo el cumplimiento de un deber, el de rendir homenaje á la celebridad que sobrevive y ha de sobrevivir á las edades; y me excusaréis vos mismo, ya que no perdonáis medio de ensalzarla ni de santificarla. Mas, mi propio intento y su magnitud me han hecho comprender que era preciso que el prestigio de un nombre ilustre me prestase el valimiento de que carezco. Y este nombre es el vuestro, senor, que á la cualidad de ser el de un príncipe doblemente esclarecido por su cuna y por su amor á la ciencia, nos recuerda la gratitud que debemos al restaurador asiduo del retiro del venerable, y al admirador entusiasta de la sabiduría de nuestra lumbrera. Vos, hijo adoptivo de esta isla bendita, vos, que habéis levantado al santo un altar, y que os place respirar en la atmósfera de sus recuerdos; vos, que hicisteis cantar sus glorias á los poetas indíjenas, congregándoles delicadamente en el histórico recinto para solemnizar el sexto centenario de la fundación de Miramar, habíais de ser precisamente quien realzara con la excelencia de vuestro concurso el monumento proyectado. Me atreví á indicároslo, y á ofreceros su dedicatoria, en ocasión en que recorríais las tierras clásicas del saber y del arte; y vos, que nada negáis cuando se trata del gran Ramón Lull, respondiendo desde el suelo jónico con la benevolencia que os es tan ingénita y peculiar, al mismo tiempo que aplaudisteis la idea, manifestábaisme que os era acepta y grata la dedicatoria, no por merecimientos que todos, menos vos, os reconocen, sino á título de la veneración en que tenéis al santo y al sabio, y por el amor á todo lo que al enaltecimiento de Mallorca contribuye.
Tan agradable acogida deja en gran parte recompensados mi constancia y mis esfuerzos; y quedaránlo cumplidamente si á ella se agrega el cordial asentimiento de mis compatricios. Contando con él espero ver conseguido mi deseo, y que sea entera mi satisfacción. Y al hacer pública la honra que vuestra bondad me proporciona, quiero á la vez manifestar sinceramente mi gratitud, expresándoos el placer que experimento al entrelazar vuestro nombre con el del gran pensador de su época; inmortalizado el último por las elucubraciones de un espíritu inmensamente poderoso, y tan digno de serlo el vuestro por las altísimas dotes que os distinguen, y que son de todos reconocidas, por más que en velarlas pongáis toda vuestra solicitud.
Dejándolo, pues, escrito en la primera piedra del monumento, y esperando á la vez me dispense V. A. esta sencilla expansión de mi ánimo, reciba el testimonio de mi más elevada consideración y respeto.

Jerónimo Rosselló.

Palma de Mallorca 25 de Abril de 1886.




RVBRIQVES

Del llibre del gentil e los tres savis

DEL PROLECH 3
DEL PRIMER LIBRE QVE ES DE DEV E RESVRRECCIO 17
Del primer arbre 17
De bonea e granea 17
De granea e eternitat 18
De eternitat e poder 19
De poder e sauiesa 20
De sauiesa e amor 21
De amor e perfeccio 22
De bonea e eternitat 24
De granea e poder 25
De eternitat e sauiesa 26
De poder e amor 27
De sauiesa e perfeccio 28
Del segon arbre 29
De bonea e fe 29
De granea e esperança 31
De eternitat e castedat 32
De poder e justicia 32
De sauiesa e prudencia 33
De amor e fortitudo 34
De perfeccio e temprança 35
Del terç arbre 36
De bonea e glotonia 36
De granea e luxuria 37
De eternitat e auaricia 38
De poder e accidia 39
De sauiesa e superbia 40
De amor e enueja 40
De perfeccio e ira 41
Del qvart arbre 43
De fe e esperança 43
De esperança e caritat 44
De caritat e justicia 46
De justicia e prudencia 47
De prudencia e fortitudo 47
De fortitudo e temprança 48
Del cinqve arbre 50
De fe e gola 50
De esperança e luxuria 51
De caritat e auaricia 52
De justicia e accidia 54
De prudencia e erguyl 54
De fortitudo e enueja 56
De temprança e ira 57
DEL SEGON LIBRE QVI ES DE LA CREENÇA DELS JVHEVS 63
Del primer article. De un Deu 64
Del segon article. De creacio 71
De bonea e eternitat 71
De granea e poder 73
De perfeccio e caritat 75
De perfeccio e justicia 77
De eternitat e superbia 78
De esperança e caritat 79
De prudencia e accidia 80
Del terç article. De la lig que Deus dona a Moyses 84
De bonea e granea 84
De eternitat e poder 86
De sauiesa e prudencia 87
De poder e justicia 88
De fe e esperança 89
De temprança e glotonia 90
Del qvart article. De aueniment de Messies 92
De granea e sauiesa 92
De bonea e caritat 93
De poder e esperança 95
De fe e justicia 96
De fortitudo e erguyl 96
Del cinqve article. De resurreccio 100
Del sise article. Del dia del judici 104
De granea e poder 104
De perfeccio e saueisa 105
De granea e justicia 106
De poder e superbia 107
De fe e esperança 108
De fortitudo e luxuria 109
Del sete article. De paradis 111
De bonea e granea 111
De eternitat e amor 112
De perfeccio e caritat 114
De eternitat e auaricia 115
De fe e esperança 117
De prudencia e accidia 117
Del vuite article. De infern 120
De granea e poder 120
De eternitat e justicia 121
De amor e ira 122
De prudencia e fortitudo 123
De caritat e accidia 124
DEL TERÇ LIBRE QVI ES DE LA CREENÇA DELS CRESTIANS 127
Del primer article. De un Deu 129
Del segon, terç e qvart article. De trinitat 130
De bonea e granea 130
De poder e saviesa, de poder e amor, e de saviesa e amor 134
De eternitat e perfeccio 136
De poder e amor 137
De saviesa e perfeccio 138
De bonea e caritat 140
De bonea e caritat, e de granea e caritat 141
De bonea e caritat, e de poder e caritat 142
De poder e prvdencia 144
De bonea e svperbia 145
De granea e svperbia 146
De amor e avaricia 148
De fe e esperança 149
De caritat e jvsticia 152
De prvdencia e fortitvdo 153
De caritat e enveja 155
De fortitvdo e ira 156
De esperança e accidia 157
Del cinqve article. De creacio 165
Del sise article. De recreacio 166
De bonea e caritat 166
De poder e caritat 169
De perfeccio e gola 171
De fe e esperança 172
De jvsticia e ira 173
Del sete article. De glorificacio 175
De saviesa e amor 175
De perfeccio e esperança 176
De eternitat e ira 177
De esperanca e fortitudo 178
De prvdencia e accidia 178
Del vuyte article. Christ concebvt de sanct esperit 182
De bonea e granea 182
De amor e jvsticia 184
De poder e prvdencia 185
De perfeccio e accidia 186
De fe e esperança 187
De fortitudo e gola 188
Del nove article. Jhesuchrist nat de verge 190
De bonea e granea 190
De poder e perfeccio 192
De sauiesa e caritat 194
De perfeccio e auaricia 195
De prudencia e caritat 196
De justicia e superbia 198
Del deçe article. Jhesuchrist fo crucificat 200
De granea e eternitat 200
De amor e caritat 202
De bonea e gola 204
De caritat e justicia 205
De esperança e auaricia 206
Del oncen article. Christ devayla als inferns 207
De granea e perfeccio 207
De granea e eternitat 209
De poder e justicia 210
De bonea e superbia 211
De fe e esperança 212
De caritat e ira 213
Del dotzen article. Christ ressucita 214
De granea e perfeccio 214
De poder e esperança 215
De perfeccio e accidia 215
De fe e esperança 216
De justicia e gola 217
Del tretzen article. De la ascensio de Jhesuchrist 218
De granea e perfeccio 218
De sauiesa e justicia 219
De poder e superbia 220
De esperança e caritat 221
De caritat e ira 221
Del catorzen article. De judici 222
De granea e poder 223
De granea e sauiesa 224
De granea e justicia 225
De amor e ira 227
De caritat e justicia 227
De esperança e superbia 228
DEL QVART LIBRE QUI ES DE LA CREENÇA DELS SARRAHINS 231
Del primer article. Creure un Deu 233
Del segon article. Creador 234
Del terç article. Que Mafumet sia propheta 236
De granea e bonea 236
De poder e prudencia 238
De sauiesa e superbia 239
De caritat e justicia 240
De esperança e gola 241
Del qvart article. De l alcora 242
De poder e amor 242
De poder e justicia 244
De sauiesa e enueja 245
De esperança e caritat 246
De justicia e ira 246
Del cinqve article. De la demanda que es feyta al home mort en lo vas 247
De granea e poder 248
De granea e justicia 249
De bonea e ira 250
De fe e esperança 251
De caritat e auaricia 251
Del sise article. De la mort de totes coses exceptat Deu 252
De poder e perfeccio 252
De perfeccio e justicia 254
De poder e superbia 255
De caritat e justicia 255
De caritat e ira 256
Del sete article. De resurreccio 257
Del vuyte article. Com Mafumet sera exhoit 259
De granea e perfeccio 263
De amor e justicia 264
De amor e superbia 265
De fe e esperança 265
De caritat e enueja 266
Del nove article. De retre compte 267
De sauiesa e perfeccio 269
De perfeccio e justicia 269
De poder e superbia 270
De esperança e justicia 270
De temprança e ira 271
Del deze article. Seran pesats los merits e les colpes 272
De poder e sauiesa 272
De granea e justicia 273
De perfeccio e superbia 274
De caritat e justicia 275
De caritat e ira 275
Del onzen article. De la carrera de paradis e infern 276
De bonea e granea 277
De sauiesa e prudencia 278
De amor e ira 278
De esperança e justicia 279
De justicia e superbia 280
Del dotzen article. De paradis e de infern 282
De veher 283
De ohir 284
De odorar 285
De gustar 285
De sentir 286
De la fi d aqvest libre 289
De oracio 290
Del comiat que ls tres sauis preseren del gentil 299
De les paraules que los tres sauis deyen dementre se n tornauen 301

RVBRIQVES

De libre de la primera e segona intencio

DEL PROLECH 309
Capitol primer. De la divisio de intencio 311
Capitol segon. De Deu 314
Capitol terç. De creacio 318
Capitol qvart. De encarnacio 320
Capitol qvint. De temptacio 322
De fe 322
De esperança 324
De caritat 326
De jvsticia 328
De prvdencia 330
De fortitvdo 331
De temprança 333
De glotonia 335
De lvxvria 337
De avaricia 339
De svperbia 341
De accidia 343
De enveja 345
De ira 346
De oracio 349
De confessio 351
De sacrifici 354
De matrimoni 356
De seiencies 357
De infaels 359
De riqvea 360
De pobrea 362
De honrament 363
De elements 365
De prelat 367
De religios 369
De clergve 370
De princep 372
De cavaylers 374
De poble 376
De la fi del libre 379

RVBRIQVES

DEL LIBRE DE MIL PROVERBIS


DEL PROLECH 383
Capitol I.—De Deu 385
Capitol II.—De prelat 387
Capitol III.—De princep 390
Capitol IV.—De sotsmes 392
Capitol V.—De parent 394
Capitol VI.—De muyler 397
Capitol VII.—De scuder 399
Capitol VIII.—De companyo 401
Capitol IX.—De vehi 403
Capitol X.—De amich 405
Capitol XI.—De enemich 407
Capitol XII.—De justicia 409
Capitol XIII.—De prudencia 411
Capitol XIV.—De fortitudo 413
Capitol XV De temprança 415
Capitol XVI.—De fe 417
Capitol XVII.—De esperança 419
Capitol XVIII.—De caritat 421
Capitol XIX.—De veritat 423
Capitol XX.—De contriccio 425
Capitol XXI.—De consciencia 427
Capitol XXII.—De penitencia 429
Capitol XXIII.—De confessio 431
Capitol XXIV.—De satisfaccio 433
Capitol XXV.—De sanctetat 436
Capitol XXVI.—De abstinencia 438
Capitol XXVII.—De humilitat 440
Capitol XXVIII.—De pietat 442
Capitol XXIX.—De devocio 443
Capitol XXX.—De oracio 445
Capitol XXXI.—De paciencia 447
Capitol XXXII.—De consolacio 449
Capitol XXXIII.—De obediencia 451
Capitol XXXIV.—De leyaltat 453
Capitol XXXV.—De larguesa 455
Capitol XXXVI.—De perseverança 457
Capitol XXXVII.—De cortesia 459
Capitol XXXVIII.—De honor 460
Capitol XXXIX.—De vida 462
Capitol XL.—De mort 464
Capitol XLI.—De avaricia 466
Capitol XLII.—De glotonia 468
Capitol XLIII.—De luxuria 470
Capitol XLIV.—De erguyl 472
Capitol XLV.—De accidia 474
Capitol XLVI.—De enveja 476
Capitol XLVII.—De ira 478
Capitol XLVIII.—De parlar 480
Capitol XLIX.—De riquesa 482
Capitol L.—De pobresa 483
Capitol LI.—De diligencia 485
Capitol LII.—De intencio 487